Se nos desafía a ser evangelizadores llenos del Espíritu
Y mientras los bendecía, se apartó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de adorarlo, volvieron a Jerusalén muy contentos. Y estaban siempre en el templo alabando a Dios (Lc 24, 52–53)
Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo,
Los obispos de New Jersey han trasladado la observancia de la Ascensión del Señor del jueves de la Sexta Semana de Pascua al domingo siguiente. Este año los católicos del Estado Jardín la celebrarán el domingo 29 de mayo. La razón principal por la que transferimos esta gran festividad es para permitir que tantas personas como sea posible observen esta fiesta sagrada en el calendario litúrgico y participen activamente en esta solemne celebración de la Ascensión del Señor.
Como ha dicho el Papa Francisco, “La Ascensión de Jesús al cielo nos familiariza con esta realidad profundamente consoladora en nuestro camino: en Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nuestra humanidad fue llevada a Dios. Cristo nos abrió el camino. Si confiamos nuestra vida a Él, si nos dejamos guiar por Él, estamos seguros de estar en buenas manos, en las manos de nuestro Salvador”. Especialmente mientras caminamos juntos, escuchándonos unos a otros, orando juntos y preparándonos para el Sínodo de los Obispos en el 2023, acogemos el don del Espíritu Santo que el regreso de Jesús al Padre hace posible.
La exhortación apostólica del Papa Francisco, Evangelii Gaudium (“La Alegría del Evangelio”), está llena de referencias al Espíritu Santo.
En su primer capítulo, el Papa escribe: “La vida en el Espíritu, que tiene su fuente en el corazón de Cristo resucitado”, es lo opuesto al modo de vida ansiosa, llena de culpa y superficial que demasiados de nosotros experimentamos. “Esa no es la manera de vivir una vida digna y plena”, nos dice el Santo Padre. “Esa no es la voluntad de Dios para nosotros” (#2). La alternativa es el estilo de vida con significado y lleno de alegría que Cristo nos enseñó con sus palabras y su ejemplo.
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