Nuevo documento del Sínodo busca maneras para acoger y servir a todos

El documento de trabajo para la asamblea de octubre del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad busca responder a preguntas sobre cómo todos los bautizados pueden servir mejor a la Iglesia Católica y ayudar a sanar las “heridas más profundas” de la humanidad.

Según el documento, el sínodo debería impulsar a la Iglesia a convertirse en “refugio” y “fortaleza” para los necesitados o angustiados, y animar a los católicos a dejarse “guiar por el Espíritu del Señor hacia horizontes que antes no habían vislumbrado” como hermanos y hermanas en Cristo.

“Ésta es la conversión permanente del estilo de la Iglesia que el proceso sinodal nos invita a emprender”, dice el documento.

El documento de 30 páginas, denominado “instrumentum laboris”, se hizo público en el Vaticano el 9 de julio. Servirá como guía de debate para la segunda sesión del sínodo, del 2 al 27 de octubre, en la que se reflexionará sobre el tema: Cómo ser una Iglesia sinodal misionera”. Las reflexiones son el siguiente paso en el tema general del sínodo: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

“En una época caracterizada por desigualdades cada vez mayores, por la creciente desilusión con los modelos tradicionales de gobierno, por el desencanto con respecto al funcionamiento de la democracia y el predominio del modelo de mercado en las relaciones interhumanas y por la tentación de resolver los conflictos recurriendo a la fuerza en lugar del diálogo”, el estilo sinodal de la Iglesia podría ofrecer inspiración y perspectivas importantes para el futuro de la humanidad, afirma el documento de trabajo.

Dos retos clave a los que se enfrenta la Iglesia son “el creciente aislamiento de las personas y el individualismo cultural, que incluso la Iglesia ha absorbido a menudo”, dijo, y “un comunitarismo social exagerado que asfixia a las personas y no les permite ser sujetos libres de su propio desarrollo”.

La práctica sinodal, sin embargo, “nos llama al cuidado mutuo, a la interdependencia y a la corresponsabilidad en favor del bien común”, dijo, y está dispuesta a escuchar a todos, en contraste con los métodos de un mundo “en el que la concentración de poder excluye a los pobres, a los marginados y a las minorías”.

Para leer el documento completo en español

De hecho, “asta debilidad en la reciprocidad, en la participación y en la comunión sigue siendo un obstáculo para la plena renovación de la Iglesia en un sentido sinodal misionero”, añadía.

El documento animaba a la “renovación de la vida litúrgica y sacramental, a partir de celebraciones bellas, dignas, accesibles, plenamente participativas, bien inculturadas y capaces de alimentar el impulso hacia la misión”.

Y pedía renovar o “‘actualizar’ la capacidad de anunciar y transmitir la fe con modalidades y medios adecuados al contexto actual”.

Mientras que la segunda sesión se centrará en ciertos aspectos de la vida sinodal, “con vistas a una mayor eficacia en la misión”, dijo que “otras cuestiones que surgieron durante el camino, el trabajo continúa con otras modalidades, tanto a nivel de las Iglesias locales como en los diez grupos de estudio”.

En marzo, el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos, anunció que el Papa Francisco había decidido que algunos de los temas más controvertidos que fueron planteados durante el proceso sinodal de 2021-24 fueran examinados por grupos de estudio. Entre los temas asignados a los 10 grupos se encuentran la posible revisión de las directrices para la formación de sacerdotes y diáconos, el papel de la mujer en la Iglesia y su participación en los procesos de toma de decisiones y liderazgo comunitario, una posible revisión del modo de elección de los obispos y una revisión de las normas para la relación entre los obispos y las órdenes religiosas que trabajan en sus diócesis.

Los grupos de estudio encargados de profundizar otros temas “deberán completar su estudio antes de junio de 2025, siempre que sea posible, pero deberán presentar un informe de situación a la Asamblea en octubre de 2024”, dice el documento.

“De este modo, sin esperar a la conclusión de la segunda sesión, el Papa Francisco ha incorporado ya algunas de las indicaciones de la Primera Sesión y ha iniciado los trabajos de la fase de implementación”, decía el documento.

Se ha creado una comisión de derecho canónico al servicio del sínodo, y pronto se publicará un “subsidio teológico” para ayudar a los participantes a leer y comprender mejor las numerosas nociones y categorías teológicas utilizadas en el documento de trabajo del sínodo recién publicado.


El trabajo de la segunda sesión, según el documento, continuará el método sinodal “de oración, de intercambio y de discernimiento”, ya que se invita a los participantes a considerar “la vida sinodal misionera de la Iglesia desde diferentes perspectivas”, reflexionando sobre tres aspectos que surgieron de los debates anteriores: las relaciones dentro de la Iglesia, los caminos para la formación y los lugares de conexión.

“Sobre esta base, se redactará un Documento Final, que abarcará todo el proceso realizado hasta ahora, ofreciendo al Santo Padre orientaciones sobre los pasos a seguir y las formas concretas de llevarlo a cabo”, indicó el instrumentum laboris.

“Podemos esperar una profundización de la comprensión compartida de la sinodalidad, un enfoque más amplio sobre las prácticas de una Iglesia sinodal e incluso la propuesta de algunos cambios en el derecho canónico (otros más significativos pueden llegar tras haber asimilado y vivificado mejor la propuesta de fondo)”, dijo.

El documento, basado en los resultados de la primera sesión presentados en el informe de síntesis y en nuevas consultas con iglesias locales, párrocos y otros, enumeraba una serie de propuestas y preocupaciones compartidas que deberían abordarse en la segunda sesión:

— Formación en la escucha de la Palabra de Dios y de los demás, haciendo hincapié en la necesidad de escuchar a los que sufren a causa de la pobreza y la marginación.

— Abordar la exclusión y la falta de acogida en la Iglesia, que hace que las personas se sientan “excluidas o al margen de la comunidad eclesial, o luchan por encontrar en ella el pleno reconocimiento de su dignidad y de sus dones. Esta falta de acogida les aleja, dificulta su camino de fe y de encuentro con el Señor y priva a la Iglesia de su contribución a la misión”.

— Crear un “ministerio de escucha y acompañamiento reconocido y posiblemente instituido” que permita a las personas acercarse a la iglesia sin sentirse juzgadas.

— Promover posibilidades de participación que “a menudo no se utilizan” para que las mujeres sigan participando en la vida de la Iglesia. Esto incluye proporcionar a las mujeres, incluidas las mujeres consagradas, acceso a puestos de responsabilidad, como jueces en procesos canónicos y funciones de enseñanza y formación en departamentos de teología, institutos y seminarios.

— Reimaginar el ministerio ordenado para ayudar al clero a evitar cargas y aislamiento innecesarios, y fomentar la delegación en los laicos de tareas que no requieren ordenación. La cuestión de la admisión de mujeres al ministerio diaconal no se debatirá en la segunda sesión, aunque un grupo de estudio del sínodo está estudiando el asunto.

— Aumentar la transparencia y la responsabilidad más allá de los abusos sexuales y financieros para incluir los planes pastorales, las condiciones de trabajo y los procedimientos de evaluación de quienes ocupan cargos en la Iglesia.

— Garantizar que la composición de los distintos tipos de consejos (parroquiales, decanales, diocesanos o eparquiales) refleje las comunidades a las que sirven y sean capaces de aplicar eficazmente las propuestas sinodales.

— Corregir la fórmula del Código de Derecho Canónico que habla de los consejos con “voto sólo consultivo”. Esto “disminuye el valor de la consulta y debe corregirse”.

“El objetivo del discernimiento eclesial sinodal no es hacer que los obispos obedezcan la voz del pueblo, … sino conducir a una decisión compartida en obediencia al Espíritu Santo”.

El Papa Francisco eligió la sinodalidad como tema de la Asamblea General ordinaria del Sínodo para ayudar a la Iglesia a fortalecer su misión evangelizadora, haciendo hincapié en la necesidad de que todos los bautizados profundicen en su camino de seguimiento del Señor y renueven su responsabilidad de servir a su misión.

A diferencia de anteriores reuniones del Sínodo de los Obispos, que se centraban en un tema específico o en una región concreta del mundo, el “sínodo sobre la sinodalidad” se centra en ofrecer “una oportunidad para que todo el Pueblo de Dios discierna conjuntamente cómo avanzar en el camino para ser una Iglesia más sinodal a largo plazo”, según el manual oficial del sínodo.

Por Carol Glatz, Catholic News Service

Featured Image: Cardinal Mario Grech, secretary-general of the synod, speaks during a news conference at the Vatican July 9, 2024, to present the working document for the second assembly of ongoing the Synod of Bishops. (CNS photo/Lola Gomez)

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