La Piedad de 133 años, restaurada para la Cuaresma y dedicada al sufrimiento de las mujeres inmigrantes
Cuando el padre Camilo Cruz fue asignado a la Pro-Catedral de San Patricio en 2020, una de sus tareas menos glamorosas como nuevo párroco fue limpiar esta iglesia de Newark, construida haace casi 175 años. A lo largo de este tiempo, el edificio había acumulado mucho desorden y, al comenzar este año, ya el padre Cruz se había abierto camino hasta llegar a la parte que quizás pareciera más desalentadora: los sótanos.
Había observado desde que llegó a la parroquia que en los sótanos había algunas estatuas, pero nunca se detuvo en ellas hasta que comenzó a limpiar. En medio del polvo, una estatua guardada en una habitación discreta le llamó la atención. Era una Piedad: María sosteniendo el cuerpo sin vida de Cristo después de ser bajado de la cruz. También es conocida por la comunidad de habla hispana como Nuestra Señora de las Angustias.
Tras una inspección más cercana, la imagen, hecha de yeso y madera, estaba en mal estado y era muy vieja, dijo el padre Cruz.
“Encontramos debajo de la Piedad, en una base de madera, una placa pequeña que dice que es de 1890”, dijo el padre Camilo. “Probablemente estuvo [en el sótano] durante bastante tiempo y ahora no vemos [nada así] dentro de la iglesia”.
Él pensó que habría sido encargada por las comunidades irlandesas o italianas que llenaron los bancos de San Patricio en sus primeros años.
Conmovido por la imagen, el padre Cruz tuvo la idea de restaurarla para la veneración de la comunidad, ahora mayoritariamente hispana, y tenerla lista para la Cuaresma. Específicamente, para el Miércoles de Ceniza cuando el cardenal Joseph W. Tobin, C.Ss.R. estaría en la Iglesia para celebrar la misa y podría bendecirla después.
El proceso de restauración
Faltaba poco más de un mes para el Miércoles de Ceniza, el 22 de febrero, por lo que el padre Cruz tuvo que actuar rápidamente. A través de una referencia, le encargó la restauración al artista local Rafael Sebasco, un católico con 20 años de experiencia en esta labor. Sebasco comenzó a trabajar en la Piedad el 30 de enero. Debía entregarla el 21 de febrero, un día antes del Miércoles de Ceniza.
“Mi primera reacción fue que no iba a tener tiempo”, dijo Sebasco. “No todos los días encuentras una escultura en este estado. La estatua resultó dañada por la exposición a la suciedad en la que estuvo almacenada durante mucho tiempo. El daño era muy profundo y decidimos volver a pintarla. Me encantó la escultura porque era un reto. Un reto para la limpieza y el repintado final que tuvimos que hacer”.
En tres semanas Sebasco devolvió la vida a la Pietà de 133 años. A lo largo del proceso, tambien le animó la esperanza de que el trabajo terminado pudiera ayudar a restaurar la fe de quienes la venerarían.
“El primer pensamiento que tuve es que a través de esta estatua, una persona puede salvarse por la fe”, dijo Sebasco. “En mi trabajo de restauración quería asegurarme de que cuando una persona se acerque a la estatua ya restaurada, le ayude en su fe.”
Además de restaurar la estatua, el padre Camilo y Sebasco decidieron hacerle dos adiciones: un corazón atravesado por una espada y una cruz. Están destinados a simbolizar la colonización española de las Américas en la década de 1490 y la inmigración de latinos a los Estados Unidos.
Un antes y un después de la restauración de la Pietà realizada por Rafael Sebasco en cuatro semanas (Pro-Catedral de San Patricio).
Un significado más profundo
Nuestra Señora de las Angustias, es una devoción especial para el párroco y la comunidad de San Patricio.
El P. Camilo nació en Colombia y creció admirando las procesiones y veneraciones en Sevilla, España. Su fe y vocación fueron fomentadas por las mujeres en su vida, dijo.
“En mi familia, la mayoría son mujeres. Comenzando por mi abuela, mis tías, mi madre, mi hermana, han sido mujeres con tenacidad y mujeres que ocuparon roles importantes en mi vida”, dijo. “Mi vocación y mi personalidad han sido formadas por imágenes de mujeres poderosas”.
Para el Padre Cruz, ninguna otra imagen de una mujer es más poderosa que la de María sosteniendo al Cristo muerto. Él ve esta versión dolorosa de María en su propia familia, así como en las mujeres de su familia parroquial, muchas de las cuales son inmigrantes y tuvieron que dejar atrás a sus hijos y sus familias. Así, para la Cuaresma, dedicó la Piedad restaurada al sufrimiento de las mujeres, especialmente de las mujeres inmigrantes.
“Una de las cosas que estoy haciendo como párroco es tratar de empoderar y acompañar a estas mujeres que están tratando de encontrar su lugar dentro de la Iglesia y dentro de la sociedad como inmigrantes”, dijo el padre Cruz. ¿Y por qué no durante este tiempo de Cuaresma reflexionar sobre estos dolores? Y [reflexionar sobre] María como una mujer dolorosa, pero como una mujer que siempre encontró su camino, desde Belén hasta el pie de la cruz”.
El impacto de la Cuaresma
A lo largo de la Cuaresma, los feligreses han encontrado el camino de regreso a esta imagen de Nuestra Señora de las Angustias. El padre Cruz cree que esto se debe a que se identifican con la imagen y encuentran consuelo al rezar ante ella.
“[La Piedad] ha sido una tremenda fuente de consuelo [para nuestros feligreses]. Se sienten abrazados por el amor de Dios a través del amor de una madre. Se dan cuenta de que no caminan solos; que hay un Dios que está cerca de ellos, a través de la presencia de María”, dijo.
Después de todo, la Cuaresma es una temporada de acercamiento a Dios. Al igual que cuando se limpia una iglesia o una imagen, la Cuaresma es una temporada en la que el espíritu se limpia de las cosas terrenales que lo alejan de Dios. Pero para llegar a ese punto necesitamos ayuda, y el Padre Cruz ve la solución en la imagen de la Piedad.
“María es un brazo grande y fuerte para nuestra relación con Jesucristo. Siempre decimos, ‘a Jesús, por María’”.
Alexandra Rojas y Marianela Guerrero contribuyeron a este artículo.
Imagen destacada: La Piedad restaurada se encuentra en la Pro-Catedral de San Patricio en Newark.