Delegados de diez diócesis de New Jersey y Pennsylvania celebraron su Encuentro Regional

Doscientos delegados de distintas diócesis de New Jersey y Pennsylvania se reunieron el pasado sábado, 17 de junio, en el Centro Pastoral de la diócesis de Metuchen. Llegaron muy temprano. Algunos venían de cerca, otros tuvieron que estar en la carretera varias horas para poder pasar un día compartiendo con otros líderes de las comunidades hispanas. Allí había representantes de las diócesis de Paterson, Metuchen, Trenton, Camden, Allentown, Harrisburg, Scranton, Pittsburg y de las arquidiócesis de Filadelfia y Newark.

Encontrarse, compartir, orar y cantar juntos, meditar, aprender y planear. De eso se trataba. Y naturalmente, celebrar la Eucaristía en la fiesta del Corazón de María, que presidió nuestro Arzobispo, Cardenal Joseph Tobin, y que fue concelebrada por Mons. Kevin Sweeney, obispo de la diócesis de Paterson, y un buen grupo de sacerdotes que participaron en el encuentro.

El Cardenal nos recordó en la homilía: “Celebramos juntos esta fiesta en un momento preciso de la historia. Nos reunimos para recoger el fruto de un gran momento de gracia que fue el V Encuentro. Además, nuestra reunión tiene lugar al día siguiente de que la asamblea de obispos de este país aprobara un nuevo plan pastoral nacional para atender las necesidades pastorales de los hispanos católicos.” Hacía referencia al nuevo Plan Pastoral Nacional para el Ministerio de los Hispanos que, fruto del proceso del V Encuentro, fue presentado y aprobado por la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos (USCCB).

Con el lema “Viviendo la Eucaristía como Iglesia sinodal” el día giró alrededor de la Eucaristía y el Reavivamiento Eucarístico, en el marco del proceso sinodal al que el Papa Francisco nos convocó en el 2021 y en el que la Iglesia entera está embarcada en estos años.  Andrés Arango, director del Ministerio Hispano de la diócesis de Camden, presentó el tema “Convirtiéndonos en un Pueblo eucarístico” y el diácono Asterio Velasco “Llamados a ser una Iglesia sinodal”.

La comunidad hispana, celebrativa por naturaleza y amante de compartir, se siente en este momento heredera del V Encuentro…

“Nuestras comunidades participan en un proceso de revitalización eucarística. Más que quedar como una catequesis sobre la presencia real de Jesucristo en el sacramento del altar, es una concientización de que la celebración eucarística nos obliga a una misión.  Pero el fruto sólo se multiplicará si los fieles aprenden que la Eucaristía que reciben está destinada a hacer de ellos misioneros, que lleven la presencia de Cristo, que ahora está en ellos, a personas que aún no conocen al Señor”, dijo el Cardenal.

Desde el inicio de este proceso sinodal que recogió tantas voces en muchas parroquias, escuelas, programas y otros medios, de nuestra Arquidiócesis, hemos podido leer los documentos elaborados a nivel nacional y continental. Sabemos que el proceso no ha terminado. Que debemos continuar, como nos recordaba Yolanda Naranjo de Hackensack, “escuchando y hablando sin prejuicios, caminando juntos y siendo constructores de puentes.”

Cuando termine este Sínodo nos quedará la tarea de ponerlo en práctica, de ser en todos los niveles una Iglesia sinodal. Es un camino, para el que no tenemos un GPS, como nos recordaba el Cardenal Tobin en su homilía: “La sinodalidad se parece mucho más a una brújula que nos asegura que vamos por el buen camino, pero no nos dispensa de prestar atención inmediata a nuestro entorno, a nuestras circunstancias. Aprendimos en el proceso del Encuentro que los misioneros debemos sumergirnos en la gente y en sus preocupaciones.”

Celebración de la Eucaristía, conferencias y, sobre todo, momentos en el horario del día para compartir en pequeños grupos con los otros participantes en este Encuentro Regional. También en la cafetería, porque la hora de la comida o con un café en la mano, siempre se prestan para preguntar y escuchar. “Fue hermoso compartir similitudes y diferencias buscando el caminar juntos. Una misma fe, una Iglesia al servicio del Señor sin excluir a ninguno de nuestros hermanos”, nos dice el diácono Arcadio Córdova, de la parroquia de Santa Cecilia en Kearny.

Oswaldo Sánchez nos habla del testimonio de una joven en su grupo. “Jesús es un misterio, está escondido para nosotros los jóvenes porque no nos lo han revelado”. Oswaldo nos dice que se sintió personalmente aludido, y un poco culpable, por ser parte de los que no hemos sabido anunciar a Jesús entre los jóvenes y “tomamos a los jóvenes como quienes deben cumplir por tradición los sacramentos y con eso pensamos que hemos hecho bastante”.

El P. Alex Gaitán, claretiano, al hablar del día nos insiste en la importancia del compartir. “Y aun más poderoso, poder unirnos y conectarnos como Cuerpo vivo de Cristo compartiendo nuestras alegrías y nuestras penas, nuestros dolores y nuestras esperanzas, haciendo viva la Luz del Evangelio en nuestros corazones.”

Un día intenso y, a la vez, lleno de alegría compartida con hermanos y hermanas a los que une la misma misión. Sabedores, además, de que representan a muchos miles de hispanos que, en las parroquias de donde ellos vienen, viven la misma fe y atraviesan por los mismos retos.

Nuestro agradecimiento a los directores de Ministerio Hispano de estas diócesis y, sobre todo, a la diócesis de Metuchen, anfitriona del evento. Su maravillosa hospitalidad fue realmente un modelo a seguir en el futuro.

Con el adiós vino también el recordarnos que tenemos una cita para el año que viene. Porque lo bueno hay que repetirlo y en nuestra comunidad hispana falta mucho por hacer. ¿Podría ser en nuestra Arquidiócesis el próximo año?

Photos by John Batkowski/The Catholic Spirit (NJ)


Featured image: Delegados de la Arquidiócesis de Newark al Encuentro Regional acompañados por el Cardenal Tobin.

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