El Cardenal Tobin llama a la acción y a la administración responsable de la creación de Dios
Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo,
En las últimas semanas, la humareda provocada por casi 150 incendios forestales en las afueras de Quebec (Canadá) cubrió gran parte del noreste de Estados Unidos, incluidos nuestros cuatro condados del norte de New Jersey. Según la Agencia de Protección del Medio Ambiente, esto causó graves problemas de calidad del aire aquí y tan al sur como el norte de Florida. En nuestra parte del país, los cielos se están oscureciendo, y los funcionarios del gobierno están advirtiendo a los residentes a permanecer en el interior y limitar la exposición al aire libre tanto como sea posible.
Recuerdo la advertencia profética del Papa Francisco en su encíclica de 2015 Laudato Si’ (Sobre el Cuidado de la Casa Común). En esta carta, el Santo Padre se basa en las enseñanzas de sus predecesores (especialmente San Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI) y hace un llamamiento a la conversión de la mente y el corazón con respecto a nuestra actitud hacia el medio ambiente. También nos desafía a actuar de forma respetuosa con el medio ambiente y comprometida con la resolución de los problemas de la sociedad humana.
Laudato Si’ es controversial. En muchos sentidos, es una declaración profética que está garantizado que incomoda a todos de un modo u otro. “Un verdadero planteamiento ecológico se convierte siempre en un planteamiento social”, insiste el Papa Francisco. “Debemos integrar la justicia en las discusiones sobre el medio ambiente, para escuchar tanto el clamor de la Tierra como el clamor de los pobres” (#49).
Aunque es una declaración profética con muchos retos que debemos considerar, Laudato Si’ es también un canto de esperanza y alegría inspirado en el “Cántico del Sol” escrito por San Francisco de Asís como himno de alabanza al Señor de toda la creación. “Alabado seas, mi Señor, con todas tus criaturas, especialmente el hermano sol, por quien nos das el día y nos iluminas. Y es bello y radiante con gran esplendor, de ti, Altísimo, lleva significación.” (# 87). Nuestro mundo se enfrenta a graves desafíos—sociales, políticos, económicos y medioambientales—que el Papa nos dice que son, en realidad, una crisis de “ecología integral” (#137)
“No somos Dios” (# 67), dice el Santo Padre. La Tierra que habitamos no nos pertenece; nosotros pertenecemos a la Tierra. Como se nos recuerda vívidamente el Miércoles de Ceniza, somos polvo. Venimos del polvo de la Tierra, y cada uno de nosotros volverá al polvo un día. Mientras tanto, estamos llamados a ser administradores de todos los dones de Dios, y este cambio fundamental de perspectiva, de propietarios a administradores, lo cambia todo.
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