Salgan al mundo entero, especialmente a la periferia

Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo,

Desde que el Papa Francisco fue elegido Papa hace poco más de nueve años, ha estado instando a la Iglesia, que somos todos nosotros, a “salir de nosotros mismos e ir hacia la periferia”. Esta visión del Santo Padre es fundamental para nuestra comprensión de la misión de la Iglesia. El día que el Señor resucitado regresó al Padre, ordenó a sus discípulos “vayan por todo el mundo y anuncien a todos la buena noticia” (Mc 16, 15). Estas últimas palabras de Jesús a sus discípulos los exhortan a ellos (y a nosotros) a salir de sí mismos (nosotros mismos) e ir a la periferia. ¿Dónde encontramos la periferia?

La definición de periferia en el diccionario es “el borde exterior de un área o el área que rodea un lugar o cosa”. El Papa Francisco se refiere a aquellas áreas que contienen personas que son marginados sociales, en los “márgenes” de la aceptabilidad social, como “la periferia”. Nos increpa a salir de nuestra zona de confort (otra de las expresiones frecuentes del Papa Francisco) y a abrir nuestros corazones a los demás, especialmente a aquellos que han sido rechazados por la sociedad.

En los Evangelios, los samaritanos están claramente “en la periferia” de la sociedad judía. También lo están los leprosos y aquellos capturados en pecados como el adulterio.

Como leemos en el Evangelio de San Mateo, “Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa [de Leví/Mateo], y muchos de los que cobraban impuestos para Roma, y otra gente de mala fama llegaron y se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos. Los fariseos vieron esto y dijeron a sus discípulos: ¿Cómo es que su maestro come con recaudadores de impuestos y pecadores? El escuchó esto y les dijo: Los que están buenos y sanos no necesitan un médico, pero los enfermos sí. Vayan y aprendan el significado de estas palabras: Lo que quiero es que sean compasivos, y no que ofrezcan sacrificios. Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores (Mt 9, 10-13).

En otras palabras, la periferia no se limita a la geografía o al estatus social, económico o legal, o a nuestros puntos de vista religiosos o políticos. Cualquiera que sea diferente a nosotros está fuera de nuestra zona de confort. Esto puede incluir a personas que no están de acuerdo con nosotros en temas de política, economía o política social. También puede significar amigos, familiares o feligreses que ven el mundo de manera diferente a nosotros.

Continúe leyendo el último boletín del Cardenal Joseph Tobin.

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