María, madre de compasión y ternura

Mis Queridas Hermanas y Hermanos en Cristo,

Durante el mes de octubre, la Santísima Virgen María es honrada con el título de Nuestra Señora del Rosario. Celebramos esta fiesta Mariana la semana pasada, el 7 de octubre, y pedimos a María, Reina del Santo Rosario, que nos ayude a meditar en los misterios de la salvación mientras invocamos su santo nombre en oración contemplativa.

¿Conocen el dicho de Santa Teresa de Lisieux: “La obra maestra más hermosa del corazón de Dios es el corazón de una madre”? Eso es verdaderamente cierto, y ninguna madre refleja más perfectamente el corazón de Dios que María, la madre de Jesús.

El Inmaculado Corazón es también uno de los muchos títulos de María. Este título en particular, que se utiliza para identificar el patronato de María sobre nuestro país, llama nuestra atención sobre la compasión y la ternura por las que nuestra Santísima Madre es especialmente conocida.

“Compasión” es la capacidad de compartir el sufrimiento ajeno. La compasión no es superficial ni sentimental, sino una conexión genuina con quienes sufren cualquier tipo de dolor físico, mental o emocional. Los Evangelios retratan con frecuencia a Jesús lleno de compasión por las personas necesitadas. Su respuesta al dolor de los demás fue siempre la de compartir su sufrimiento y curar sus males.

La “ternura” es uno de los temas favoritos del Papa Francisco: “¿Tenemos el valor de acoger con ternura las dificultades y los problemas de los que están cerca de nosotros?”, pregunta el Santo Padre. “¿O preferimos soluciones impersonales, tal vez eficaces, pero desprovistas del calor del Evangelio? ¡Cuánta ternura necesita hoy el mundo! La paciencia de Dios, la cercanía de Dios, la ternura de Dios”.

Continúe leyendo el último boletín del Cardenal Joseph Tobin

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