Alabando a Dios por nuestra Casa Común
Queridos Hermanas y Hermanos en Cristo,
El miércoles 4 de octubre de 2023, Día de San Francisco de Asís, nuestro Santo Padre el Papa Francisco publicó una nueva Exhortación Apostólica titulada Laudato Deum (Alabado sea Dios). Esta nueva comunicación del Papa, que se refiere a la crisis climática, se dirige a “todos los hombres de buena voluntad”.
Laudato Deum es una continuación de la Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco, publicada hace ocho años, el 18 de junio de 2015, en la que el Santo Padre compartió con todos nosotros, los “hermanos y hermanas de nuestro sufrido planeta”, sus sentidas preocupaciones por el cuidado de nuestra casa común. Como exhortación, Laudato Deum es una llamada a la acción que resulta de la convicción del papa de que las respuestas a su llamada al cambio en Laudato Si’ “no han sido adecuadas, mientras que el mundo en el que vivimos se derrumba y puede estar cerca del punto de ruptura”.
El Papa Francisco cree que el impacto de nuestra actual crisis climática va más allá de sus profundos efectos negativos sobre el medio ambiente. La humanidad misma—especialmente los pobres y vulnerables—se está viendo perjudicada por las graves consecuencias del cambio climático global. “Es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará cada vez más la vida y la familia de muchas personas”, escribe el Santo Padre. “Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la asistencia sanitaria, las fuentes de empleo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc.”
Laudato Deum comienza citando a San Francisco de Asís, de quien el Papa tomó su nombre, y que proclamó con su vida, sus cánticos y todas sus acciones la sencilla verdad de que Dios es digno de alabanza en toda la creación. Todas las cosas visibles e invisibles proclaman la gloria de Dios. Si pudiéramos ver el mundo con los ojos de san Francisco, que “reflejaba la sensibilidad de Jesús ante las criaturas de su Padre”, nunca abusaríamos ni descuidaríamos nuestra casa común, que es preciosa para Dios. Como nos recuerda el Papa Francisco, usando las poderosas palabras de las Escrituras: “Fíjense como crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos” (Mt 6, 28-29). “¿No se venden cinco pajarillos por dos moneditas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos” (Lc 12,6).
“¡Cómo no admirar esta ternura de Jesús por todos los seres que nos acompañan en el camino!”. exclama el Papa Francisco. Esta aguda conciencia que compartimos con toda la creación de Dios, la íntima relación que San Francisco sugiere cuando habla del Hermano Sol y la Hermana Luna, y cuando comulga con los animales y con la naturaleza, refleja un grado de santidad al que se nos desafía a aspirar en nuestra administración de nuestra casa común.
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