Aumento histórico en inscripciones en colegios católicos se mantiene estable mientras que Estados Unidos entra en su cuarto año de COVID-19
(OSV News) — Las inscripciones en las escuelas católicas de Estados Unidos continúan estables luego de un aumento al comienzo de la pandemia de COVID-19. Después de que los datos publicados el verano pasado por la Asociación Nacional de Educación Católica (o NCEA, por sus siglas en inglés) mostraran un aumento del 3.8% a nivel nacional en la inscripción de escuelas primarias y secundarias católicas durante el año escolar 2021-2022, las cifras para el año 2022-2023 continuaron siendo sólidas.
“Este año tuvimos una inscripción estable y, para mí, eso significa que las escuelas ya hicieron un gran trabajo al retener a los estudiantes y las familias”, expresó a OSV News Annie Smith, vicepresidenta de investigación y datos de la NCEA.
Contrarrestando una disminución en inscripciones del 6.4% con respecto al año escolar anterior, el aumento de inscripción de 2021-2022 en escuelas católicas fue el primero en dos décadas y el más grande jamás registrado por la NCEA, una asociación con sede en Leesburg, Virginia, que representa a 140,000 educadores que atienden a 1.6 millones de estudiantes.
Smith también expresó que la tasa de cierre de escuelas católicas en Estados Unidos había disminuido.
“Solíamos tener alrededor de 100 por año”, manifestó, señalando que 209 escuelas cerraron o se fusionaron antes del año académico 2020-2021. “Este año tuvimos menos de 50”.
En la Arquidiócesis de Chicago, Greg Richmond, superintendente de escuelas, expresó que sus números se habían mantenido estables durante la primera mitad del año escolar 2022-2023, una hazaña que se hizo aún más evidente por el hecho de que “el número anual de nacimientos en nuestra arquidiócesis se ha desplomado”, acotó.
Según Richmond, los nacimientos anuales dentro de la Arquidiócesis de Chicago se redujeron de 90,000 a 65,000 en los últimos 15 años. “Así que hay muchos menos niños de los que solía haber, pero los números (de inscritos) subieron y se mantuvieron en un nivel estable”, reveló.
En la Arquidiócesis de Los Ángeles, las escuelas católicas registraron un aumento del 4.2% en inscripciones el año pasado, pasando de casi 64,700 a poco menos de 67,500, según superintendente Paul Escala.
Escala le dijo a OSV News que este incremento, el primero en 27 años, se logró por el cumplimiento de los estrictos protocolos de prevención de COVID en California.
“Abogamos y trabajamos en estrecha colaboración con los socios de salud pública para permitir la reapertura presencial, con máscaras, distanciamiento, protectores de escritorio, y sin visitantes”, señaló. “Fue un tremendo desafío”.
Estos esfuerzos han valido la pena al atraer nuevas familias a la educación católica, dijo Escala.
Smith atribuyó el crecimiento y la estabilidad posterior en la tasa de inscripción a “una combinación de medidas”, incluyendo la capacidad de las escuelas católicas de “dar un giro para satisfacer las necesidades de los estudiantes” a lo largo de las diversas fases de las restricciones de COVID.
Ella dijo que en los días iniciales de la pandemia, las aulas “pueden haber cerrado un viernes, pero nuestras escuelas católicas reiniciaron la instrucción el lunes o el martes (próximo)”.
Con planes de aprendizaje remotos o híbridos para cumplir con las pautas de salud pública, las escuelas católicas de la nación se beneficiaron de “una flexibilidad y agilidad que a menudo no se ve en el sistema público”, indicó Richmond a OSV News.
Añadió que las escuelas de la Arquidiócesis de Chicago funcionaron de forma remota durante la primavera de 2020 mientras los educadores “se presionaban (a sí mismos) al límite” para reabrir en el otoño de 2021. Cuando lo hicieron, la inscripción había aumentado en 3,000 estudiantes (4.5%) a un total de aproximadamente 66,000.
“Estábamos libres de los extremos de la política que a menudo se ven en muchos sistemas públicos”, sostuvo Richmond, mientras que los líderes educativos diocesanos “aprendieron unos de otros a través de muchas conversaciones” con sus colegas en todo el país.
Preocupados por la “falta de instrucción durante los cierres” en otras escuelas, los padres “vieron a las escuelas católicas como una oportunidad para el avance académico y social lleno de fe durante un momento muy difícil”, dijo.
Richmond estuvo de acuerdo en que el reanudar el aprendizaje presencial “creó una invitación para que la gente nos visite y aprenda sobre las escuelas católicas. Esto fue una luz que nos iluminó”.
Sin embargo, hacer que los niños regresen al salón de clases no fue el único impulsor del aumento de la inscripción, acotó.
“A la gente le gustó lo que vieron en términos académicos, valores, y confiabilidad”, incluso si no eran católicos ni practicaban ninguna fe, expresó Richmond.
Las escuelas católicas de la nación “realmente se han centrado en la totalidad del niño, no solo en el aprendizaje académico”, abordando “habilidades sociales y salud mental” mientras apoyan a las familias, dijo Smith. “Hicieron todo lo posible durante COVID, preguntando: ‘¿Necesitan comida, una pausa en el pago de la matrícula, alguien con quien hablar?'”
Escala dijo que está trabajando en estrecha colaboración con socios filantrópicos para garantizar que la asistencia continúe.
“Nuestra orientación misionera es servir a los pobres, y nuestra preferencia siempre será por los que menos tienen”, dijo. “Ese ha sido un sello distintivo de la educación católica desde el principio, y lo sigue siendo”.
Smith dijo que las escuelas católicas solían ser el “secreto mejor guardado”, pero esa frase ya no se aplica.
“Ahora, no son un secreto”, dijo. “La gente ha experimentado sus escuelas católicas locales y se quedan”.