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Somos Iglesia que camina unida

El pasado sábado, 4 de junio y víspera de la fiesta de Pentecostés, se celebró un Encuentro Sinodal Hispano en nuestra Arquidiócesis de Newark. Unas doscientas personas, representantes de muchas parroquias donde se han llevado a cabo las sesiones de escucha, llegaron desde muy temprano al Centro Juvenil Juan Pablo II en Kearny para participar en un día lleno de actividad, en un ambiente marcado por la alegría compartida. Significaba un paso más en el proceso de escucha al que nos ha invitado el Papa Francisco.

Los participantes fueron recibidos con música alegre por los jóvenes de Nuestra Señora de Libera, encargados de animar el día con sus acordes.

Después de la oración inicial con una breve reflexión del Cardenal Tobin y de una conferencia del P. Bismarck Chau, comenzaron los grupos de trabajo. Veinte grupos de unas diez personas cada uno. “La Iglesia que vivimos” fue el tema de la conversación en la mañana.

Con las ideas más importantes sugeridas en las sesiones de escucha parroquiales como fondo, los grupos pudieron analizar aquellas facetas de la vida de la Iglesia que piensan que ya se están llevando a cabo de manera satisfactoria en sus parroquias y también aquellas que todavía son un capítulo pendiente.

Después de la comida se enfrentaron a la segunda parte del día: “La Iglesia que soñamos”. Y después de las reuniones de grupos, se fueron oyendo una a una las voces de los diferentes grupos, ante el oído y la mirada atenta del Arzobispo que, sentado en la primera fila, no se perdía una palabra de lo que su pueblo pedía y soñaba.

Soñaban con una Iglesia de puertas abiertas, para acoger a todos los que llegan pero, sobre todo, para que salgan los que están dentro y vayan al encuentro de sus hermanos más desfavorecidos. Soñaban con una Iglesia llena de vida joven, que permita mirar hacia el futuro con esperanza. Soñaban con una Iglesia donde la mujer no solo llene los bancos de las iglesias y ponga sus dos manos para el trabajo -que ya lo hace- sino que participe activamente en la toma de decisiones. Soñaban con una Iglesia pobre al servicio de los pobres en la que todos los bautizados caminan juntos, comprometidos en una misión común. Soñaban con una Iglesia que se une al mundo entero para cuidar de la Casa Común. Soñaban… Porque no se puede ser cristiano sin ser soñador.

Terminaron el día con la Eucaristía, presidida por el Cardenal Tobin y concelebrada por Mons. Manuel Cruz y un buen número de sacerdotes, acompañados también de algunos diáconos. Una celebración festiva, como anticipo de la vigilia de la fiesta del Espíritu Santo, al que durante todo el día invocaron para que abriera sus mentes y sus corazones.

Fue un día completo en el que los rostros mostraban lo que decían los labios: “¡Qué bueno haber participado con tantas otras personas de diferentes parroquias! ¡Mereció la pena estar aquí!” El reto del Papa Francisco sigue en pie: la participación en la vida de la Iglesia es para todos los bautizados. Sabemos que, al tiempo que pedimos sentarnos a la mesa donde se toman las decisiones, debemos estar dispuestos al compromiso serio con la misión. En una Iglesia sinodal, como la que necesariamente debe ser en el futuro, todos estamos llamados ser protagonistas no espectadores. Y dispuestos a responder a esta llamada salieron los participantes en este Encuentro Sinodal Hispano.


Imagen destacada: El inicio del Encuentro Sinodal Hispano (Fotografía de Esther Daniela Pardo/Arquidiócesis de Newark)

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