Adiós en Santa Cecilia a un sacerdote muy querido
A lo largo y ancho de nuestra Arquidiócesis podemos encontrar comunidades e historias singulares. Hoy nos llama la atención la parroquia de Santa Cecilia de Englewood porque despide a uno de sus sacerdotes que va de misión a Honduras después de servir por cerca de 12 años y trabajar como encargado de la comunidad hispana del área.
Nos referimos al P. Thomas R. Jordan, O. Carm. quien hasta este mes de enero ha sido el encargado del ministerio hispano en Santa Cecilia. Ha sido líder, consejero, amigo y un incansable trabajador. Ha logrado que a lo largo de su estancia en la parroquia se fortalezca y participe el importante numero de miembros hispanos de la feligresía de la ciudad de Englewood en el Condado de Bergen. Se despide de su gente y, como si fuera el día en que hizo sus votos hace 57 años, asume este destino en Honduras con alegría y solo esperando hacer la voluntad de Dios.
El Padre Tom pertenece a la orden de los Carmelitas y en su larga trayectoria pastoral se ha desempeñado como director de vocaciones, párroco y especialmente ha trabajado con jóvenes y adultos. “Ser carmelita y sacerdote me ha dado mucha plenitud y satisfacciones”, nos dice. “Me enviaron a México en 1995, con otros 3 carmelitas para hacer una fundación allí. Nosotros (O.Carms.) nunca habíamos estado en México. Esos 16 años en México y El Salvador también me dieron muchas experiencias ricas y memorables,” añade P. Tom.
“De repente, hace como un mes, el Provincial (mi jefe) me llamó por teléfono, preguntándome si estaba dispuesto a ser asignado a una parroquia que la comunidad de los carmelitas estamos aceptando en Honduras. Los carmelitas nunca hemos estado en Honduras. Por una semana reflexioné y oré. Entonces respondí que SÍ”, declara P. Tom con la emoción y alegría de un primerizo.
El pasado domingo, los feligreses de St. Cecilia de Englewood despidieron al P. Thomas Jordan en un evento que duró desde el medio día hasta las 5 de la tarde.
“Esperamos poder continuar con el trabajo que ha venido realizando. El es un ejemplo de dedicación. Su personalidad carismática y laboriosa ha dado importantes frutos estos años. Como un tributo a este sacerdote ojalá podamos seguir caminando juntos sin distinción de raza o condición, como verdaderos hijos de un mismo padre Dios. Este camino lo iniciamos con P. Tom”, nos dice Otto de Leon.
La sonrisa fácil y el oído atento del P. Tom cautivó a niños, jóvenes y adultos. Terry, catequista de St. Cecilia, resalta la amabilidad y la atención que les brindó el sacerdote en sus interacciones a ella y sus alumnos.
David Wall, habló en nombre del Consejo 520 de los Caballeros de Colón y en el adiós al amigo, resaltó su valentía y audacia al abrazar su próxima misión en Honduras como si fuera su primera. En todo trabajo que compartieron aprovecharon su habilidad en los idiomas y sobre todo su buen hacer. “Las acciones hablan más que las palabras”, sentenció. Finalmente, y refiriéndose a un extracto del libro que escribió por los 150 años de aniversario de la parroquia, dijo: “Tom no tiene miedo, porque sabe que Dios permanecerá con él en su misión”.
Innumerables testimonios y muestras de gratitud hacia P. Thomas Jordan se escucharon en una tarde de despedida. Estamos seguros que todos se quedan con un buen recuerdo del paso de este misionero por sus vidas, especialmente Benjamin Porter, quien recientemente se convirtió al catolicismo. Cuenta que creció en una familia vinculada a la Iglesia, pasó por el protestantismo hasta que conoció al P. Tom, quien con su sabiduría, paciencia y capacidad para escucharle, trajeron a Benjamin a la Iglesia Católica. “Valoro la riqueza de la liturgia católica, puedo experimentar la real presencia de Jesús en la Eucaristía y disfruto de la comunidad como medio para encontrarme con Dios”, declara Benjamin.
“¡Estoy tan feliz que no tuve que morir para escuchar todas las cosas maravillosas que la gente me dijo!,” bromea P. Tom. “Ahora estoy terminando varias cosas aquí en la parroquia. He puesto en orden mi oficina. Tengo la maleta a medio hacer y estoy preparando la habitación para mi sucesor, el P. Emilio Rodríguez un sacerdote afable y generoso,” finaliza P. Tom.
Una despedida que nos muestra la riqueza de nuestra iglesia de Newark en la que resaltan sus sacerdotes, fieles y las grandes bendiciones que representan los unos para los otros.
Foto: El párroco y la comunidad bendicen al P. Tomás que parte para una nueva misión.