‘Caminando en la fe’: Una iniciativa que ha llegado a muchos hogares

“Nunca pensamos que llegaría a tantos” –nos dice María del Pilar Salamanca, de la parroquia de San José en Jersey City. Conversamos sobre el programa Caminando en la fe con el grupo que ha sido el motor y realizador del mismo.

La respuesta fue muy numerosa. No esperaban a tantas personas los miembros del grupo del Ministerio Hispano cuando lo comenzaron en el mes de enero pasado. Querían comunicarse con tantos hermanos y hermanas de nuestra Arquidiócesis que, debido a la pandemia, llevaban meses forzados a quedarse en casa. Buscaban de manera creativa llevar un poco del calor que brinda la comunidad de fe y, a la vez, cumplir con la misión que sabían prioritaria: ayudar en la formación en la fe de los hombres y mujeres de nuestras comunidades parroquiales. Acercarnos al gran tesoro espiritual que nos brinda la Iglesia.

“Estábamos con mucha ilusión y con un poco de temor. No sabíamos si la gente respondería y si nosotros lo íbamos a hacer bien cuando empezamos el 4 de enero” –nos dice Eduardo Viñeque.

Planificaron cada segundo de los que estarían “en el aire”. Prepararon introducciones, bienvenidas, música, oración, avisos y hasta consejos para los que también eran novatos al otro lado de las ondas. Y fueron perdiendo el miedo a medida que pasaban las semanas. Sabían, además, que los conocimientos técnicos de Omar Navarro, les podrían sacar las castañas del fuego. Todo para ofrecer después el plato fuerte: una presentación de cuarenta y cinco minutos con preguntas de la audiencia al terminar.

Y a la cita acudieron seis excelentes presentadores uno cada mes.  Abrió el P. Robinson González, sacerdote de la Parroquia de San Miguel en Newark, introduciéndonos, con profundidad y humor, en el tema de la “Espiritualidad del laico”. Le siguió el P. Henry Ramírez, de la parroquia de San José en Jersey City con el tema “De la mano del Papa Francisco”. En el mes de marzo fue el P. Pedro Repollet, párroco de Nuestra Señora del Monte Carmelo de Jersey City quien nos enriqueció con los temas del Antiguo Testamento. El siguiente presentador fue el P. Valentín Aparicio que, desde Toledo, España, nos acercó cada lunes a uno de los cuatro evangelios. En el mes de mayo fue el P. Joseph Furnaguera, administrador de la parroquia de San Pablo en Jersey City, quien habló de “La Iglesia: Cuerpo vivo de Cristo”. Y para poner el broche de oro a esta sesión de cursos breves, Sor Ruth Bolarte nos introdujo a los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.

Han pasado seis meses sin fallar un lunes. Bueno, descansaron el lunes de la Semana Santa. Fieles a la cita a las 7:30 de la noche, buena hora para que todos pudieran estar en casa. Cientos de conexiones cada semana. En algunos casos, la familia entera reunida alrededor de la pantalla. Algunos siguiéndolo con el teléfono en el trabajo o en el camino a casa. Y muchos participando curso tras curso durante los seis meses. ¡Veinticuatro lunes!

Todos queremos volver a vernos en persona. Queremos mirarnos a los ojos cuando nos damos el saludo de paz, pero esta pandemia nos ha mostrado otros caminos en los que podemos hacerlo. Y aunque no sustituye a la mano extendida o el calor del abrazo, este será un medio para seguir creciendo en nuestra fe, sabiéndonos hermanos, miembros de una Iglesia a la que amamos y afortunados de pertenecer a esta Arquidiócesis en la que el Señor nos ha llamado a servir.

“Descubrimos la tecnología para evangelizar. La aventura de los lunes virtuales ha sido una experiencia nueva y maravillosa”, nos dice Oswaldo Sánchez. Y Damián de Armas, siempre pensador, añade: “Estos lunes virtuales nos demuestran que, si la tecnología nos ha reunido, el amor de Dios nos ha unido”.

“Comenzamos con un líder y unos cuantos bien dispuestos. Con deseos de colaborar. Lo bueno es que además de beneficiarnos con las presentaciones, hemos llegado a ser un buen grupo de amigos –nos dice Marco Guerrero.

“Me ha encantado ser parte de este grupo. Ha sido una experiencia maravillosa”–añade Daniela Pardo.

Y es verdad. Cuando se trabaja unidos en la misión común, también se fortalecen las relaciones humanas.

Por eso, este equipo del Ministerio Hispano, este grupo de amigos provenientes de los cuatro puntos de la Arquidiócesis nos dice: “No se lo pierdan, porque continuará.”

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