St. Joseph a ‘wonderful, yet mysterious man’: Bishop Lorenzo
The following is a bilingual address given by Bishop Elias R. Lorenzo, O.S.B., auxiliary for the Archdiocese of Newark, April 28 entitled “Patron of Workers” during a consecration to St. Joseph at the Cathedral Basilica of the Sacred Heart in Newark, N.J.
St. Joseph Consecration / Consagración de san José
(Mat. 2:12-15) Bishop Elias R. Lorenzo, O.S.B.
Qué gran gozo celebrar esta consagración de san José, queridos hermanos y hermanas en el Señor. El Papa Francisco nos ha dado un año entero para enfocar nuestra atención en la protección que san José ofrece a todas las familias y a la iglesia universal.
No sabemos mucho acerca de san José, bueno, sabemos que el nombre de su padre era Jacob y que fue esposo de la virgen María. Sabemos que era carpintero, modelo de trabajadores, y que vivía en Nazaret. Sabemos que antes de que vivieran juntos él y María, luego de su compromiso, él se dio cuenta de que ella estaba embarazada y en vez de avergonzarla o causar algún escándalo, o abandonarla, la recibió a ella y al niño que estaba en su vientre virgen. El evangelio nos dice que él hizo esto porque era un hombre recto, un hombre de fe.
My dear friends in Christ, in this consecration to St. Joseph, patron of workers and of families and of the universal church, we explore a wonderful yet mysterious man. What little we know we find briefly in the gospels of Luke and Matthew. From these brief texts, we see that Joseph is the first to share in the faith of Mary and in doing so he supports his spouse in responding to divine revelation to be the Mother of God.
Let angels into those cracks in your consciousness, those grey areas of your mind that only fully hum while you sleep, where God will also speak to you as he spoke to St. Joseph: do not be afraid! (Mt. 1:20).
Bishop Elias R. Lorenzo, O.S.B.
From the first time Mary and Joseph are introduced in the gospel, they appear as husband and wife, united together in heart and affection. From these brief gospel passages we know that Joseph was an upright and righteous man who followed the law: He observed religious law – we know he went to Jerusalem for the Jewish festivals. He also followed civil law: He went to Bethlehem for the census. We also know that Joseph had dreams. God spoke to him through his dreams and he followed his dreams, with nothing other than the assurances of faith.
Lo que me parece interesante es que en ninguna parte de los evangelios san José dice una sola palabra. Es callado y tranquilo. Nunca dice nada. Pero él es un hombre de acción: san José obrero y hace lo que el ángel le dice; toma a María como esposa; se va a Belén; encuentra un lugar donde pasar la noche; lleva a su familia a Egipto; es un hombre de acciones y no de palabras. El silencio de las escrituras sobre san José habla elocuentemente de su grandiosa fe y gran obra.
Los pocos pasajes bíblicos en donde se menciona en el primer y tercer evangelio, lo muestran como un hombre haciendo lo que Dios pide de él, un hombre que atendió a sus sueños, un hombre que haría lo que fuera necesario para proteger el más grandioso tesoro de Dios, Jesús nuestro Señor.
Saint Joseph never saw an angel the way Mary did, clear as day, with her waking eyes. He never saw the burning bush or heard the thunderous voice of God, “I am that I am.” Saint Joseph only heard God in the quietest of ways. He dreamed of angels. He heard God while he slept. There are “four dreams” of Saint Joseph recorded in the gospels: In the first, he learns the miraculous nature of Mary’s pregnancy and is told ‘not to be afraid’ to take her as his wife. In the second, he is warned to leave Bethlehem and flee to Egypt (which we again heard tonight). While in Egypt, he has a third dream where he learns that it is safe to return to Israel. Finally, in a fourth dream: he is again warned of danger and travels to Galilee instead of back to Judea.
A pesar de que nunca oímos decir a san José ni una sola palabra en la Biblia, sin duda él es un hombre de acción. San José obrero, con la sola certeza de un sueño, guía a su pequeña familia por desiertos y tierras forasteras hacia la seguridad. El evangelio que oímos esta noche (Mt. 2:12-15) nos recuerda que la Sagrada familia fue de refugiados, huyendo de una tierra para encontrar bienestar y abrigo en un nuevo hogar.
Él actúa en su convicción, a pesar de que sabemos que sentía temor,
ya que en uno de sus sueños Dios le dice, José, no tengas miedo (Mt. 1:20).
También podemos imaginar las escenas de las que no nos cuentan durante “los años perdidos” de la niñez de Jesús. Pasando horas en el taller de carpintería, san José enseñándole a su joven hijo adoptivo sobre la paciencia, sobre cómo construir objetos que duren, que son fuertes. Por eso es que la Iglesia nos presenta a san José como patrono de los trabajadores. San José nos enseña a proteger la vida de Cristo en cada uno de nosotros, y por medio de su poderosa intercesión, que la vida de Cristo en nosotros se fortalezca día a día.
What do we learn from St. Joseph’s dreams? We learn that God can speak, perhaps speaks best, when we are quiet and passive, when our busy, conscious minds are slowed down, or turned off completely. God speaks in ways that can seem absurd in the light of day. Perhaps we need the strangeness of dreams to teach us something about stories, about the truths that lie just beyond the realm of human reason. We learn from Saint Joseph that we can trust, even when we are afraid. We learn that just because someone is silent does not mean they are not, at that very moment, taking courageous actions with great love and working very hard to be faithful. So let angels into those cracks in your consciousness, those grey areas of your mind that only fully hum while you sleep, where God will also speak to you as he spoke to St. Joseph: do not be afraid! (Mt. 1:20).
San José es un perfecto ejemplo e intercesor para este momento único en la historia, durante esta extraña pandemia. Un santo cuya voz nunca escuchamos. Un santo que vio ángeles solo mientras dormía, estando tranquilo e inconsciente. Vivimos en un mundo bullicioso. Existen muchas oportunidades para una conversación ensordecedora, pero pocas para el silencio y la escucha. Este es un momento para soñar. Este es un momento para escuchar. Dios continúa revelándonos su voluntad por medio de las esperanzas y los sueños que ha puesto en nuestros corazones. Debemos atrevernos a soñar, y a hacer lo que sea necesario para proteger la vida de Jesús que habita dentro de nosotros.
Like St. Joseph, it is not always clear what God asks of us. We still need faith and trust in God’s providence to face the future with hope and joy. In any adventure with God, difficulties will be encountered, there is much work to do to remain faithful, and challenges will be met, but the example of Saint Joseph serves as a source of encouragement to us.
Que san José, ese siervo sabio y leal quien Dios puso a la cabeza de su familia para querer a María y cuidar de Jesús, vele sobre nosotros.
May Saint Joseph guide us through the hopes and dreams God has placed in our hearts, and may he protect us now and always.
Que san José inspire en nosotros el valor y la dignidad de nuestro trabajo diario y la labor de otros, porque todo trabajo construye la familia humana y promueve el reino de Dios aquí en la tierra como en el cielo, en especial en este único momento de la historia cuando a inmigrantes y refugiados se les niega la posibilidad de trabajar.
May Saint Joseph, patron of workers and protector of our families and the universal church, guide us throughout our lives and strengthen us through this consecration to always be closer and always remain faithful to Jesus Christ the Lord to whom be all glory and honor and power forever and ever! Amen. Alleluia!