Veintidós hombres en camino al diaconado
“Recibe el libro de la Sagrada Escritura y transmite fielmente la Palabra de Dios, para que sea cada día más viva y eficaz en el corazón de los hombres.”
Con estas palabras y el libro de la Sagradas Escrituras en las manos el Cardenal Tobin fue instituyendo en el ministerio del lectorado a 22 hombres provenientes de otras tantas parroquias de nuestra Arquidiócesis.
Serios y serenos, también con la sonrisa que a veces expresa el nerviosismo del momento, estos hombres fueron entrando en procesión el domingo pasado, 22 de enero, en la iglesia de San Andrés en Westwood. En los bancos, mirándolos con un cariño especial, sus familiares, amigos, y personas venidas de sus parroquias entre los que en algunos casos estaba también su párroco.
“Cuando proclamen la Palabra de Dios a los demás, no olviden, dóciles al Espíritu Santo, escucharla ustedes mismos y conservarla en su corazón…”
No fue casualidad que esta bella ceremonia se llevara a cabo en esa fecha. Era el domingo dedicado en toda la Iglesia a la Palabra de Dios. Se encargó de recordárnoslo el Cardenal Tobin en su bella homilía, primero en inglés y después en español.
Frente a él, entre los 22 hombres que se preparan para el diaconado, había 13 que lo están haciendo en un programa en el que reciben las clases en nuestra lengua. Porque para saborear lo estudiado y prepararse para trabajar sobre todo en comunidades con ministerio hispano, ayuda el hacerlo en el idioma nativo.
Durante la ceremonia, miro a los rostros de esos hombres, revestidos con su alba y las manos al pecho. A muchos de ellos los conozco bien y los admiro. Sé de los esfuerzos que han hecho para llegar hasta aquí. Están muy conscientes de que están dando sus primeros pasos en un camino que los llevará a la ordenación. También saben que esto no es un camino a la honra y la gloria, sino que están siguiendo una llamada al servicio de nuestras comunidades, sobre todo a aquellos que están más en las márgenes. Y lo están haciendo con el apoyo de sus parroquias y con un gran sacrificio personal.
Les queda un largo tiempo de preparación por delante. Ellos están decididos a recorrerlo y sus comunidades parroquiales y la Arquidiócesis están dispuestos a apoyarlos. No en vano en los grandes procesos de consulta –tanto en el Quinto Encuentro, como en el Sínodo– nuestra comunidad hispana ha recalcado la importancia de la misión que los diáconos realizan entre nosotros. Por eso, el ver a este grupo de hombres dispuestos a sacrificarse para continuar sirviendo, nos llena de esperanza.
El Diácono Asterio Velasco es el Coordinador del Apostolado Hispano en la Arquidiócesis de Newark.
Foto destacada: El Cardenal Tobin y el P. Joseph Chapel, párroco de San Andrés y Director de Formación del Programa del Diaconado, con los 22 hombres que fueron instituidos como lectores el pasado domingo.