Preparación para el viaje sinodal de Cuaresma
Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo,
¿Qué significa la Cuaresma hoy en día? ¿Dejar de comer chocolates y frecuentar cenas de pescado frito? El Papa Francisco ha dicho que “La Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia el misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo”. De hecho, la renovación espiritual que se nos propone en este tiempo santo es nada menos que una experiencia sinodal que involucra a toda la Iglesia en la escucha orante de la Palabra de Dios y en un profundo discernimiento interior de la voluntad de Dios para nosotros.
En el Miércoles de Ceniza la Iglesia escucha la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios, donde enseña:
Como colaboradores en la obra de Dios, les rogamos a ustedes que no desaprovechen la bondad que Dios les ha mostrado. Porque él dice en las escrituras: “En el momento oportuno te escuché, en el día de la salvación te ayudé… Ahora es el momento oportuno, ahora es el día de la salvación”.
Nuestra salvación no está en un futuro lejano. Ahora es el día de la salvación, y estamos llamados a recorrer juntos el camino que conduce al misterio pascual de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Redentor.
Como Iglesia, estamos recuperando la antigua idea de que somos una comunidad sinodal, una reunión del pueblo de Dios que viaja unido siguiendo las huellas de nuestro Señor Jesucristo por la gracia del Espíritu Santo. Las prácticas cuaresmales de oración, ayuno y caridad fortalecen nuestro deseo de estar en comunión con Dios y de vivir no para nosotros mismos, sino para las hermanas y hermanos que viajan con nosotros.
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