Por qué la Iglesia Católica se opone a la propuesta de ley de libertad reproductiva

El 5 de octubre del 2020, los obispos católicos del estado de New Jersey publicaron una declaración comunicando nuestra “más rotunda oposición” a la propuesta de Ley de Libertad Reproductiva. En ese momento, instamos a todos los católicos y a la gente de buena voluntad a rechazar esta iniciativa legislativa propuesta en nuestro estado y a contactar a sus legisladores estatales para expresarles su oposición enérgica a su aprobación. Me gustaría esbozar en términos sencillos y de manera directa por qué tomamos esta posición tan firme.

Como dejó claro nuestra declaración el pasado mes de octubre, la iglesia católica cree y enseña que toda vida humana es sagrada desde su concepción hasta la muerte natural. Por eso, nos oponemos a toda amenaza evidente a la vida y a la dignidad humanas en la sociedad contemporánea, incluyendo el aborto, la eutanasia, el suicidio asistido y la pena de muerte. Nos unimos al Papa Francisco para hacer notar que el derecho a la vida de los no nacidos “es el derecho más fundamental. En primer lugar, este no es un problema religioso, es un asunto de derechos humanos”. (Papa Francisco a los obispos católicos norteamericanos USCCB Región IX, 16 de enero del 2020).

Nuestra oposición a la propuesta de Ley de Libertad Reproductiva, está basada en nuestro absoluto compromiso por la vida y la dignidad humanas. La iglesia católica está con los que abogan por los derechos civiles y la igualdad racial. Nosotros apoyamos firmemente el derecho a servicios de salud de calidad para hombres y mujeres de todas las áreas de nuestro estado, independientemente de su condición económica, social o religiosa. Abogamos especialmente por los pobres y los que se encuentran al margen de la sociedad.

Por estas razones, no podemos apoyar las disposiciones de la propuesta de Ley de Libertad Reproductiva que amenazan la vida de los niños por nacer o eliminan las leyes y regulaciones existentes que tienen por objeto proteger la vida y la salud de las madres. Por ejemplo, si se aprobaran tal como están escritas las cláusulas en la sección 2 y 3 de la Ley de Libertad Reproductiva codificarían una propuesta de la Junta Estatal de Examinadores Médicos para enmendar ciertas reglas para cirugías y procedimientos. Esto permitiría, en ciertas situaciones, a personas que no son médicos profesionales, como asistentes y parteras certificadas, realizar abortos en establecimientos que no son hospitales, en cualquier momento, durante los nueve meses de embarazo.

Por último, no podemos apoyar una legislación que podría eliminar la larga tradición legal de New Jersey, que protege la libertad de conciencia de los trabajadores de la salud que no quieren realizar o asistir abortos, porque hacerlo violaría sus creencias mas fundamentales como individuos y como profesionales de la salud. El hecho de que no haya ninguna palabra en la ley para proteger esta cláusula significa que uno podría impugnar en un tribunal la decisión del personal médico de no llevar a cabo un aborto por razones morales, religiosas o éticas.

Nuestra oposición a esta propuesta de ley se puede resumir en los siguientes términos:

  • El aborto no es un cuidado a la salud, y nos oponemos enérgicamente a todo intento de crear una falsa equivalencia entre el eliminar una vida humana inocente y la “salud reproductiva” de una mujer en nuestra sociedad.
  • La justicia demanda que los derechos civiles y la igualdad racial sean garantizados para todos los miembros de nuestra sociedad, especialmente para los miembros más vulnerables, nuestros niños por nacer. Si bien el articulo 2 de la ley propuesta aborda el tema de las barreras a la atención de salud que enfrentan las mujeres de color, inmigrantes y otras poblaciones desfavorecidas y minoritarias, no es necesario apoyar esta legislación para lograr los derechos civiles y la igualdad racial para las mujeres de nuestro estado. De hecho, creemos que la propuesta de Ley de Libertad Reproductiva hace un flaco favor a las mujeres de color que son pobres o socialmente desfavorecidas, porque les niega a ellas la protección legal contra lo que personalmente veo como una política o “servicio” inescrupuloso que amenazan la vida humana y la dignidad de las madres y de sus hijos.

La Iglesia Católica en New Jersey apoya a todas las mujeres y hombres independientemente de su raza, religión, situación social o económica y aboga por un acceso universal a un excelente sistema de salud. Nosotros también nos unimos a nuestros conciudadanos para exigir que se garantice la justicia para todos los miembros de nuestra comunidad sin importar cuales sean sus antecedentes o sus circunstancias presentes.

Nos oponemos a la propuesta de Ley de Libertad Reproductiva porque creemos que no es el camino correcto para salvaguardar la salud y la dignidad de las mujeres y de los niños, quienes tienen derecho al mejor cuidado y protección que nuestra sociedad puede ofrecer. Invitamos a todos los miembros de nuestra sociedad a unirse a nosotros para darles a conocer a los legisladores del estado y a otros servidores públicos que continuamos oponiéndonos a esta legislación de la manera más enérgica posible.

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