‘Laudate Deum’: El planeta refleja una visión profundamente errónea de la vida y la actividad humana
El Papa Francisco advierte que el tiempo corre en nuestra contra para abordar los peligros del cambio climático, y que tanto un cambio de paradigma como la acción práctica son críticamente necesarios para evitar los desastres que se avecinan en la naturaleza y en la sociedad humana.
El Papa publicó su nueva exhortación apostólica “Laudate Deum” (“Alaben a Dios”) el 4 de octubre como continuación de su encíclica de 2015 “Laudato Si’, sobre el cuidado de la casa común”. La publicación de la exhortación coincidió con la fiesta de San Francisco de Asís, patrón de la ecología, cuyo famoso cántico inspiró el título de “Laudato Si'”.
Aunque sólo tiene una quinta parte de la extensión de “Laudato Si'” (a la que hace amplia referencia), el mensaje de la exhortación es aún más urgente, ya que “el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”, escribió el Papa Francisco. “El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial”.
El texto reitera mensajes clave que han resonado a lo largo del papado del Papa Francisco — entre ellos, la preocupación por los marginados, el cuidado de la creación, la ecología humana y un enfoque “sinodal” para resolver los problemas globales.
Ya que “efectos del cambio climático son soportados por las personas más vulnerables”, la cuestión del cambio climático está “íntimamente relacionada con la dignidad de la vida humana”, dijo.
Dirigida a “todas las personas de buena voluntad”, la exhortación declara que “ya no es posible dudar del origen humano… del cambio climático”, citando datos de fuentes como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas y la Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
Aunque señaló que no toda “catástrofe concreta” se deben al cambio climático global, los seres humanos son responsables de cambios específicos que han provocado “fenómenos extremos” — como tormentas, olas de calor e inundaciones — “cada vez más frecuentes e intensos”, dijo el Papa.
Señaló el rápido aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero provocado por la actividad humana, que atrapan la radiación solar en la atmósfera terrestre y calientan el planeta. Según el Papa, la temperatura media global — una medida que compara los cambios de la temperatura de la superficie terrestre con las medias a largo plazo para un lugar y una fecha determinados — ha aumentado especialmente en los últimos 50 años, a un ritmo que podría acercarse al límite máximo recomendado de 1,5 grados centígrados en sólo 10 años.
Esta aceleración tiene un profundo impacto, causando cambios peligrosos en el clima y el tiempo, con efectos que se sienten en última instancia “en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas”, dijo el Papa Francisco.
Cuestionó las “resistencias y confusiones” en relación con el cambio climático, “incluso dentro de la Iglesia católica”, subrayando que “una abrumadora mayoría de los científicos especializados en el clima” apoyan la correlación entre los fenómenos climáticos globales y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Papa Francisco afirmó que el propio planeta se ha convertido en el espejo de una visión profundamente errónea de la vida y la actividad humanas. Tal “paradigma tecnocrático” (como lo describió el Papa en “Laudato Si'”) exalta el poder tecnológico y económico como fuentes de realidad, bondad y verdad, prometiendo un potencial ilimitado si se desarrolla metódicamente.
En los últimos años, ese paradigma ha avanzado aún más, con el objetivo de “acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, frente al cual la realidad no humana es un mero recurso a su servicio”, dijo.
Sin embargo, “no todo aumento de poder es un progreso para la humanidad”, dijo el Papa, sobre todo porque (como escribió en “Laudato Si'”) “podemos sostener que le falta una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación”.
Los pobres pagan el precio más alto al tiempo que infligen el menor daño al planeta, dijo el Papa Francisco, citando el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, según el cual las emisiones de gases de efecto invernadero per cápita de los países más ricos superan con creces las de los más pobres.
La cuestión del poder humano en sí debe ser reexaminada, y el ser humano “debe ser considerado como parte de la naturaleza”, dijo el Papa, haciendo hincapié en que “todo está conectado” y “nadie se salva solo”.
Lamentando la “debilidad de la política internacional” a la hora de abordar el cambio climático, el Papa Francisco se basó en su encíclica de 2020 “Fratelli Tutti” para pedir “reconfigurar el multilateralismo”, para “que no dependa de las circunstancias políticas cambiantes o de los intereses de unos pocos”, sino que posea una “eficacia estable” que pueda resolver “los problemas reales de la humanidad, procurando ante todo el respeto a la dignidad de las personas de manera que la ética prime por sobre las conveniencias locales o circunstanciales”.
Las conferencias internacionales sobre el clima celebradas en las últimas décadas han tenido resultados dispares, dijo el Papa Francisco, calificando algunas de “fracasos” y otras, como la COP3 (Conferencia de las Partes 3) de la ONU de 1997 en Kioto — que pretendía reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 5% para 2012 — de notables. Aunque el objetivo de Kioto no se cumplió, la COP21 de 2015 en París marcó “un nuevo comienzo”, dijo el Papa, ya que pretendía mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 y, eventualmente, 1,5 grados centígrados.
La pandemia del COVID-19 y la guerra de Rusia en Ucrania han obstaculizado los avances en la lucha contra el calentamiento global, afirmó el Papa Francisco.
Dijo que la COP28, que se celebrará del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubai, Emiratos Arabes Unidos, o bien será un punto de inflexión para una acción decisiva o “una gran decepción” que pondrá en peligro cualquier progreso realizado hasta ahora.
“Formas vinculantes de transición energética” que sean “eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente” son esenciales, dijo el Papa Francisco, ya que “la transición que se necesita, hacia energías limpias como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles, no tiene la velocidad necesaria”.
El Papa invitó a los católicos y a los de otras religiones a recordar sus “motivaciones espirituales” para hacer frente a la crisis climática, invitando “a cada uno a acompañar este camino de reconciliación con el mundo que nos alberga, y a embellecerlo con el propio aporte, porque ese empeño propio tiene que ver con la dignidad personal y con los grandes valores”.
La humildad es esencial en este viaje, dijo, “porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo”.
Por Gina Christian, OSV News.