Miles de niños y adultos han recibido formación sobre cómo detectar y combatir el abuso (Mes de la Prevención del Abuso Infantil)
El Departamento para la Protección de los Fieles de la Arquidiócesis de Newark enseña a adultos y niños a reconocer, denunciar y prevenir el abuso y la explotación sexual infantil.
El programa Virtus ® Empoderamiento de los Hijos de Dios da a los niños en los grados K-12 herramientas para entender los peligros de los depredadores y cómo identificar y detener el comportamiento inapropiado.
Con ello, el Departamento para la Protección de los Fieles de la Arquidiócesis de Newark espera inspirar a niños y niñas a confiar en sus instintos sobre posibles abusadores y buscar ayuda si están siendo perjudicados en sus relaciones, interacciones con extraños y, posiblemente, con adultos conocidos y respetados en sus vidas.
El año pasado, la Arquidiócesis de Newark amplió sus programas de capacitación para la protección de los fieles a los aproximadamente 60,500 alumnos de escuelas públicas que asisten a programas de formación en la fe en los grados K-8 dentro de los condados de Bergen, Hudson, Union y Essex. Esta cifra se suma a los 20,000 alumnos de escuelas católicas de los grados K-12 a los que ya presta servicio el programa de capacitación dentro de la arquidiócesis.
Los empleados y voluntarios de la arquidiócesis, a través del taller Virtus ® Protegiendo a los Niños de Dios, aprenden a detectar los signos de un posible abuso y explotación sexual infantil, y cómo responder y denunciarlo.
El seminario para adultos es obligatorio para todos los empleados recién contratados, todo el clero, y todos los voluntarios que trabajan con menores para que la Arquidiócesis pueda asegurar que cada adulto dentro de sus parroquias, escuelas y el centro pastoral entienda cómo interactuar apropiadamente con los jóvenes y mantenerlos alejados del daño.
Los participantes adultos ven dos vídeos – el primero explica la naturaleza y el alcance del abuso y la explotación sexual infantil, incluyendo sus efectos en los jóvenes y las razones por las que a éstos les suele costar revelarlo. El vídeo presenta incluso entrevistas con dos abusadores no asociados con la Arquidiócesis de Newark, que comparten sus puntos de vista sobre su metódico e inquietante proceso de cómo han preparado, abusado y explotado a sus vulnerables presas. El segundo contiene un plan de cinco pasos sobre cómo reconocer, responder y denunciar el abuso y la explotación sexual de menores.
Hasta la fecha, más de 100,000 miembros del personal de la arquidiócesis han tomado el curso desde su lanzamiento en 2002 — cada año se imparten entre 350 y 450 clases.
Millones de niños y adultos de la Iglesia han sido entrenados para detectar abusos desde el establecimiento de la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes en 2002, según la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB). Ahora las denuncias se reportan directamente a las fuerzas del orden. La comprobación de los antecedentes penales de quienes trabajan con niños y personas vulnerables en la Iglesia católica es ahora la norma. La Carta incluye directrices para la reconciliación, la sanación, la rendición de cuentas y la prevención de futuros abusos.
El plan de estudios Empoderamiento de los Hijos de Dios cubre una variedad de temas diseñados para dar a los jóvenes las herramientas que necesitan para protegerse de aquellos que podrían hacerles daño. Las lecciones incluyen la importancia de reconocer los límites personales y cómo uno debe reaccionar si se siente confundido por el contacto de alguien.
“Nadie tiene derecho a hacerles sentir incómodos”, dijo la directora Karen Clark, quien añadió que las clases también capacitan a los alumnos para que no tengan miedo de alertar sobre los abusos. “Se les creerá si se lo cuentan a alguien”.
Los cursos también enseñan a niños y adolescentes los comportamientos que indican que un abusador los está preparando. Para abordar la prevalencia de Internet en la vida de los jóvenes, el programa se asegura de advertir también a los estudiantes sobre los peligros de comunicarse con extraños en línea.
El Departamento para la Protección de los Fieles cree que es crucial empezar a educar a los chicos y chicas a una edad temprana para que crezcan sabiendo cómo evitar situaciones de abuso, con lecciones que empiecen en el jardín de infancia y continúen hasta la escuela secundaria.
Ninguna edad es demasiado temprana para hablar con los niños sobre seguridad, dijo Clark.
“Incluso a los adultos nos cuesta revelar los abusos cuando ocurren. Entonces, ¿cuánto más difícil es para los niños revelar lo que ocurre si no se les enseña que pueden hablar de ello?” dijo Clark. Los primeros resultados de la expansión del programa hacia el programa de formación religiosa, incluyen a padres que afirman que éste es el ‘rompehielos’ que necesitaban para empezar a mantener conversaciones de este tipo con sus hijos. Además, a una madre le sorprendió que su hijo pequeño, que a menudo no se expresaba verbalmente, le dijera a su hermano “aléjate, ese es MI cuerpo”, haciéndose eco de la letra de una canción utilizada en el programa Empoderamiento de los Hijos de Dios al que había asistido en su parroquia.
Por eso es importante enseñar tanto a los niños como a los adolescentes, que a menudo carecen del lenguaje necesario para describir lo que sienten — por ejemplo, si alguien les da mala Impresión, pero no saben explicar por qué — y que les impide hablar.
Para contrarrestarlo, el programa Protegiendo a los Niños de Dios instruye a los adultos para que ayuden a los niños a etiquetar emociones que no pueden expresar fácilmente con palabras. Para los niños es muy importante tener una palabra clave o un eslogan que puedan utilizar. Una sensación de ‘asco’ o de ‘uh oh’ puede ser más fácil de decir a sus padres o a otro adulto seguro. Saber que pocos niños mienten cuando revelan algo, otro hecho que se enseña en el programa Virtus ®, también ayuda a los padres a creer al niño y a tomarse en serio la revelación.
El programa anima a los participantes adultos no sólo a denunciar dentro de su parroquia o escuela, sino también a llamar al 911 o informar a la División de Protección Infantil y Permanencia (DCP&P, anteriormente DYFS) cuando crean que un niño está siendo o ha sido abusado. Además, si sólo han visto un comportamiento preocupante que no ha llegado a este nivel, y la persona ha abandonado la parroquia o la escuela, deben alertar al Departamento para la Protección de los Fieles. El Departamento señalará entonces a ese individuo en Virtus ®, la base maestra de datos de conformidad de la Arquidiócesis, para poder comunicar la preocupación si la persona alguna vez solicita ser voluntario o empleado en otra parroquia o escuela.
Y, en última instancia, el objetivo es educar y empoderar al mayor número posible de jóvenes a través de Empoderamiento de los Hijos de Dios. Una de las mejores formas de proteger a los jóvenes es convertirlos en defensores de sí mismos.
“No sólo los adultos pueden ayudar a mantener la seguridad de los niños”, afirma Clark. “Hay que dar a los niños las herramientas que pueden utilizar para ayudar a protegerse, y tienen que darse cuenta de que esto NUNCA es culpa suya”.
Con estas medidas de seguridad y capacitación, el departamento cree que Protegiendo a los Niños de Dios y Empoderamiento de los Hijos de Dios son enormes recursos en su misión de luchar contra el abuso y la explotación sexual infantil.
Para más información sobre el Departamento para la Protección de los Fieles y su programa Empoderamiento de los Hijos de Dios, visite https://www.rcan.org/offices-and-ministries/child-youth-protection.
La Arquidiócesis de Newark se compromete a ayudar a sanar a los sobrevivientes de abusos sexuales en la infancia. Gina Criscuolo, Coordinadora de la Oficina de Acompañamiento, Trabajadora Social Clínica Licenciada, ofrece asistencia compasiva y de apoyo a quienes han sido dañados en la iglesia. Por favor visite www.rcan.org y haga clic en Entorno Seguro (Safe Environment), o llame al 201-407-3256.
Reproducido de JerseyCatholic.org, el sitio de noticias de la Arquidiócesis de Newark.