La vid y los sarmientos: Monseñor Michael Saporito nos habla del programa arquidiocesano Vine and Branches

El 10 de octubre se iniciará en nuestra Arquidiócesis de Newark el programa Vine and Branches (La vid y los sarmientos).  Hablamos con Mons. Michael Saporito, obispo auxiliar y vicario para el Condado de Bergen. Con su entusiasmo característico por el trabajo pastoral, nos explica que este programa será como una guía para revitalizar las parroquias después de este tiempo de pandemia. Nos dice que durante todo este tiempo nuestras comunidades han echado de menos la celebración de la Eucaristía con su comunidad. Por eso el nombre del programa: La vid y los sarmientos

Se trata de restablecer, mirando hacia adelante de manera creativa, la participación de nuestras comunidades de fe. No es un evento de un fin de semana, sino un programa que se extenderá durante todo el año 2022.

¿Por qué vamos a tener este programa?

La pandemia nos ha impactado a todos en nuestras vidas. También nos ha afectado en cómo nos unimos como comunidad de fe, en estar físicamente presentes unos con otros y en cómo nos conectamos con Cristo y recibimos la Eucaristía. 

Este programa quiere inspirar a nuestra comunidad de fe a regresar. También quiere llegar a personas que no estaban comprometidas con la comunidad parroquial que necesitan fe, oraciones, comunidad, conexión con Cristo, etc. en este momento. 

Dado que experimentamos la pandemia juntos, estamos trabajando juntos para renovarnos y fortalecer nuestros lazos con nuestra comunidad local y arquidiocesana.

¿Es Vine & Branches un programa obligatorio para todas las parroquias?

No, no es obligatorio. Estamos ofreciendo este programa como una guía para aquellas parroquias que están planeando cómo volver a involucrar a sus comunidades de fe, pero necesitan ayuda sobre cómo hacerlo.

Monseñor Michael Saporito.

¿Qué se espera que hagan las parroquias?

Esperamos que las parroquias trabajen para crear e implementar un plan durante el próximo año. No se trata de llegar únicamente a los que participan con regularidad en la vida parroquial, sino a aquellos que no participan. Debemos hacer hincapié en crear un espíritu de bienvenida.

Tenemos que recordar también que lo digital llegó para quedarse. Las plataformas digitales nos van a ayudar a llegar a las personas que han dejado de asistir, y a las que todavía pueden estar indecisas o al margen. Si alguna parroquia necesita ayuda con esto, sabe que pueden contar con el asesoramiento de la Arquidiócesis.

Las parroquias pueden y deben ser tan creativas; de hecho, animamos a que los equipos parroquiales trabajen para comprender y responder adecuadamente a las necesidades específicas de su comunidad.

Algo importante que debemos recordar: la vida ha cambiado y la planificación parroquial no debe basarse únicamente en cómo se hacían antes las cosas.

¿Cuáles son los pasos que deben seguir las parroquias?

Los párrocos han recibido una presentación mucho más detallada, pero podemos apuntar algunas de las ideas que les hemos ofrecido.

En cada parroquia sugerimos que haya un equipo que prepare el “mes de bienvenida”. Este equipo tendría una labor importante sobre todo en los primeros fines de semana. Se encargaría de planificar actividades –celebraciones litúrgicas y actividades sociales– para los nuevos que llegan y para fortalecer los lazos de los que ya son miembros de la comunidad. Es una oportunidad no solo para dar la bienvenida a las personas a la celebración de la Eucaristía, sino también a una comunidad de fe.

Hay que dar continuidad a lo iniciado el mes de bienvenida. Por eso hace falta un equipo que trabaje en mantener las puertas abiertas y el espíritu vivo y floreciente más allá del período de bienvenida. Este equipo debe trabajar en cómo revitalizar la comunidad parroquial.

Un tercer equipo debe crear eventos para los diferentes grupos demográficos de la comunidad, para establecer o restablecer conexiones entre ellos y nutrirlos en la fe.

¿Por qué no el cafecito después de la misa, que une tanto a los miembros de las comunidades? ¿O una charla para un grupo particular, un concierto o una barbacoa? Cuestión de ser creativos.

No debe faltar un equipo misionero, tan en consonancia con lo que el Papa Francisco nos repite de ser “una Iglesia en salida”. Esto podría hacerse en coordinación con las oficinas arquidiocesanas. 

Y, naturalmente, tampoco pueden faltar quienes se encarguen de la dimensión digital. 

¿Cree usted que usaremos las plataformas digitales en nuestro trabajo pastoral más que en el pasado?

Si, absolutamente. Como dije anteriormente, lo digital llegó para quedarse y debemos utilizarlo. Durante la pandemia aprendimos lo importante que era para mantenernos conectados con la gente. No podemos olvidarlo. En nuestra misión de llegar a las personas que han dejado de venir, aquellos que todavía pueden estar indecisos o al margen, y aquellos que simplemente no pueden llegar físicamente a nuestras iglesias, las plataformas digitales sin duda serán importantes.

Termina Mons. Michael Saporito recordándonos que este plan tendrá éxito si todos los miembros de la comunidad ponemos nuestro granito de arena, si todos estamos dispuestos a colaborar en esta gran misión a la que estamos llamados por nuestro bautismo. Apoyando cada uno con nuestros talentos de manera activa la labor de nuestra parroquia. Aquí nos deja la invitación.

Translate »
Twitter
Visit Us
Follow Me
Tweet
Instagram
Youtube
Youtube